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La Escuela Agrícola Cristo Obrero fue fundada el 15 de marzo de 1954 por el sacerdote Carlos Salamanca Moran y hoy a sus 59 años de funcionamiento alberga a un total de trescientos veinte alumnos repartidos en ocho cursos. 

Esta escuela agrícola ubicada en la comuna de Graneros, tiene como objetivo que los jóvenes adquieran su formación por medio de una concepción más práctica de sus aprendizajes para que a través de la investigación científica, se promueva el desarrollo del campo.

Por esta razón, este establecimiento educacional fue uno de los escogidos para ser beneficiario de los primeros laboratorios tecnológicos que se implementaron en cinco colegios de la región, con la finalidad de educar en forma renovada y vigente sobre temas científicos, tecnológicos y de innovación, extendiendo estos beneficios no sólo a los estudiantes sino también al sector agrícola.

“Aquí en la zona hay mucho agricultor que es beneficiario de INDAP y que no tienen los recursos para pagar por ejemplo un análisis de humedad en un laboratorio, por lo tanto, la escuela está abierta a ayudarlos, a que si un agricultor quiere saber si sus fardos tienen humedad o si traen muestras de sus trigos o cereales los podemos orientar a que cosechen o no”,  comenta Benito Vergara, 
Jefe de área de dicha escuela.

Estos laboratorios son parte del proyecto “Transferencia Tecnológica de la Universidad a Liceos Agrícolas de la Región”  ejecutado por la Universidad de Chile y financiado por el Gobierno Regional de O’Higgins, que dotó de  diversas herramientas tecnológicas a esta escuela  agrícola en temas como: calidad de la fruta y cereales, riego, suelos, biología general y una estación meteorológica.

Para una región con futuro

“Desde que implementamos los laboratorios en los distintos colegios, los alumnos han demostrado que ya no tienen miedo de tomar un instrumento que hoy se utiliza en los campos,  lo que les permitirá enfrentar de mejor manera el mundo laboral. Ya saben cómo se utilizan, saben cómo limpiarlos, cómo se guardan etc.”, explicó María Cecilia Peppi, Profesora de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la  Universidad de Chile y Coordinadora del Proyecto.

Para María Fernanda Cornejo, alumna de 4to año, estas nuevas herramientas le han permitido ir aprendiendo de forma más práctica lo que antes solo se  enseñaba de forma teórica. “Hoy estoy sacando más provecho de lo que aprendo, manejo más contenido y he ampliado mis  conocimientos. Aprendí a manejar un software interpretando los datos que arroja una sonda para saber cuánto, cómo y cuándo regar las plantas y así poder hacer más eficiente el recurso del agua que tanto debemos cuidar”, señala.

Este proyecto también trae consigo una capacitación para los profesores de las escuelas agrícolas beneficiarias y en Cristo Obrero los alumnos más destacados pronto a egresar, les están  enseñando a los cursos más pequeños a utilizar estos instrumentos, con el objetivo de transferir los conocimientos adquiridos y de promover el uso de nuevas tecnologías.

 “Ya sabemos sacar los índices de madurez que nos ayuda a tomar decisiones para ver si el cultivo o el huerto está en condiciones de cosechar. También  utilizamos instrumentos que nos permiten por ejemplo determinar el calibre- que es el tamaño de la fruta-, conocer sobre la firmeza de la pulpa- que es la madurez- o saber sobre los grados de azúcar que tienen los frutos”, explica Monserrat Romo, alumna de 3er año medio.

Por su parte, Claudia Correa, profesora de la asignatura “Factores de la producción vegetal” indicó que: “los chiquillos agradecen este tipo de experiencias ya que por más que uno intente explicarles los contenidos de forma teórica, el hecho de tener en sus propias manos un instrumento y utilizarlo, les ha facilitado mucho más el aprendizaje y los entusiasma a seguir aprendiendo”, concluyó.

Este tipo de iniciativas será un aporte para la región de O´Higgins que posee una fuerte vocación agrícola con una industria agroalimentaria en desarrollo. Esto sumado a que las condiciones que exige el sector agrícola en la actualidad conlleva el uso de nuevas tecnologías y técnicas eficientes para mejorar la  producción, para lo cual es imprescindible contar con técnicos y profesionales que sepan aplicar dichas tecnologías.