Muchos niños que van a preescolar o kinder hacen rabietas, lloran o simplemente no se quieren levantar para ir al colegio, situación que entristece y pone muy nerviosos a los padres. Para que entrar a la escuela no sea una batalla, Ximena Cabrera, jefa nacional de Educación AIEP, nos entrega una serie de consejos para vivir esa etapa de la mejor manera:
• Para que el niño entre con confianza y seguridad a su nueva etapa de inicio de clases, es ideal que conozca su establecimiento, vea su sala y se le enseñe cuáles serán los espacios que utilizará durante el día. De esa forma, el pequeño no sentirá extrañeza del lugar y se podrá adaptar más rápido al establecimiento.
• Es bueno que el niño conozca antes a la educadora de párvulos o al profesor que estará encargado de su cuidado y educación, así se familiarizará con el profesional. Durante los días previos a las clases hay que hablarle al menor sobre el docente y explicarle que él lo ayudará en todo lo que necesite.
• Una semana antes de entrar al colegio, cambie la rutina del niño y acostúmbrelo a sus nuevos horarios. Lo ideal es que cenen temprano, se vayan a la cama antes de las nueve de la noche, aprendan a dejar sus cosas ordenadas y que durantes las tardes realicen una actividad educativa.
• La noche anterior al inicio de clases hay que dejar el uniforme ordenado, la mochila y lonchera lista para salir de casa. Tener todo organizado hará que la familia tenga una mañana relajada, que el niño se pueda bañar y desayunar con normalidad, para de esa manera no aumentar su ansiedad.
• Camino a la escuela los padres deben estar tranquilos y no transmitir sus temores al estudiante. Es bueno que se hable sobre lo positivo y gratificante del nuevo proceso, haciéndole notar que después le encantará jugar con amigos del colegio y que siempre aprenderá cosas nuevas.
• Antes de que el niño ingrese a su establecimiento, asegúrele que sólo estará unas horas, confírmele quién será la persona que lo irá buscar después de clases, entréguele la seguridad de que será un buen día y anímelo a que conozca a sus compañeros. Además, dígale que pregunte todo lo que quiera en su clase.
• Si el niño es muy pequeño y llora mucho antes de entrar a su sala hay que consolarlo unos minutos, mantener la serenidad y reconfirmarle que en unas horas más irán por él.
• Si a la mañana siguiente continúa desconfiado y su llanto no para, es recomendable que sólo asista un período corto a clases, por ejemplo, el primer día pueden estar dos horas; el segundo tres; el tercero cuatro y así hasta que se adapte.
• Cuando termine la jornada escolar deje que el niño cuente todo lo que realizó en clases, refuerce lo positivo del día y motívelo a seguir aprendiendo.
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