Tras la extinción de un incendio forestal, el siguiente paso consiste en la recuperación de la superficie quemada. Este proceso puede durar muchos años, dependiendo de varios factores, como el tipo de bosque afectado, el clima de la zona, la pendiente del terreno y el daño producido en el suelo y en la vegetación.
Su preocupación manifestó el Jefe del Departamento Forestal de CONAF, Hugo Barrueto Pérez, por los últimos desastres forestales, ocurridos en la región de O´Higgins, los cuales han generado importantes cambios en la fisonomía del paisaje en los sectores afectados por estos siniestros en la Región.
El principal temor del especialista, es que con esta cantidad de incendios forestales registrados en la región, sumado a la sequía y los efectos del cambio climático, “vamos camino al desierto, si la irresponsabilidad del hombre permite que estos continúen ocurriendo en los niveles actuales”.
Si se comparan las fotografías aéreas de hace 45 años atrás de la zona del siniestro ocurrido en San Fernando, que consumió más de 250 hectáreas de pastizales, matorrales y bosque nativo en un cerro frente a esa ciudad, “hoy podemos apreciar retazos de bosque, mucho suelo erosionado y sectores secos sin vegetación, donde antes existía un paño continuo de bosque nativo. Esta es una clara señal de un fenómeno mayor que debemos evitar, denominado DESERTIFICACIÓN, que ya afecta al desarrollo de más de un millón y medio de chilenos y al 62% del territorio nacional, cuya expresión es el avance del desierto a razón de o,4 km por año, es decir más de un metro diario, por lo que la prevención de estos siniestros forestales es una de las prioridades de CONAF”.
El largo proceso de generación de un bosque
En cuanto al proceso de regeneración completa de un bosque, ésta puede extenderse sobre los 50 años y “en ello influyen diferentes factores, ya que en un incendio forestal, no sólo se ve afectada la vegetación superficial, sino también las raíces y semillas de los árboles, además de afectarse profundamente los procesos ecológicos que permitían la existencia de ese bosque en dicho lugar”, asegura Hugo Barrueto.
El profesional, detalla que después de un incendio forestal, “los primeros signos de reconstitución vegetal de las áreas incendiadas, consisten en el desarrollo natural de la cobertura o capa de pastos y hierbas, similares a las calcinadas, luego el rebrote de los arbustos y los árboles, recuperando lentamente la cobertura vegetal, a la vez que las raíces van tejiendo de nuevo su red en el suelo”. Las zonas que presentan pendiente – dice, complican aún más la recuperación natural del terreno, porque los nutrientes presentes en las cenizas, son arrastrados por el agua y el viento.
Consultado sobre ¿Cuánto tardará el crecimiento de la vegetación afectada por los incendios?, Barrueto asegura que “recuperar naturalmente un bosque nativo es complejo y de larga data, ya que se tienen que volver a dar las condiciones ecológicas del ecosistema boscoso que existía anteriormente y este proceso es proporcional a la edad que tenía ese bosque antes de quemarse. No obstante, recuperar la composición original y las especies valiosas que tuvo el bosque antes del incendio puede durar bastante más y en muchas ocasiones requiere la intervención humana mediante plantación para enriquecerlo”.
Otro factor importante que influye en el normal resurgimiento de árboles, agrega el especialista Forestal de CONAF, es que no haya intervención en los terrenos “como ganado de pastoreo, ya que estos animales consumen las primeras capas de vegetación, alargando aún más el proceso de recuperación”.
Los efectos en la vida silvestre
Un incendio forestal también causa nocivos efectos en la flora y fauna de un bosque y al momento del siniestro el deterioro evidente lo sufre la microflora y microfauna del suelo, donde habitan gusanos, hongos, musgos y algunos insectos que componen el sistema reciclador del ecosistema, advierte Marcia Ricci, Jefa de la Sección Conservación de la Diversidad Biológica de CONAF O’Higgins.
La especialista explica que dentro de un bosque habita una gran diversidad de especies, aves, reptiles roedores y hasta mamíferos y cada uno cumple su rol dentro del ecosistema. “En caso de incendio, las aves y otros organismos pueden moverse, dependiendo de su velocidad de movimiento, pero la microfauna del suelo no tiene esa posibilidad y se quema, interrumpiendo la cadena ecológica que cumplía cada integrante de ese ecosistema”.
Marcia afirma que hay especies que son territoriales y no emigran del bosque, aunque esté quemándose, por lo que “el daño de no contar estos organismos es irreparable”.
Respecto a la composición del ecosistema de un bosque, la profesional de CONAF, cita que hay dos tipos de elementos los Abióticos como las rocas, el suelo, el agua, la energía solar, y los Bióticos, que son productores primarios (vegetales), herbívoros (roedores, insectos, guanacos), carnívoros (zorro, insectos, arañas, opiliones), predador tope (puma, aguilucho), carroñeros (cóndor), detritívoros (gusanos, hongos, bacterias).
En cuanto a la falta de agua que afecta a la Región de O’Higgins, Marcia Ricci sostiene que ha características que la hacen diferente o especial a otras, como por ejemplo que “ésta región, junto a la Metropolitana y la de Valparaíso, están al centro de la zona mediterránea de Chile, área que se caracteriza por 7 - 8 meses de estrés hídrico y vegetación adaptada a esta falta de agua. La zona presenta una alta biodiversidad ambiental, sin embargo es la más perturbada por acciones del hombre”.
Finalmente, tanto Hugo Barrueto, Jefe del Departamento Forestal, como Marcia Ricci Jefa de la Sección Conservación de la Diversidad Biológica, ambos de CONAF O’Higgins, llaman a los habitantes de la Región, especialmente a los niños a que “Somos parte del medioambiente y cualquier daño repercutirá en nuestra propia supervivencia, por lo tanto debemos cuidarlo y prevenir los incendios forestales”.
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