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Hace unos días el ministerio de Salud se mostró de acuerdo a la idea de subir los impuestos al tabaco como medida para disminuir el consumo de cigarrillos. Esto en el contexto de un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) que señaló que en Chile el 41% de los adultos fuma, lo que convierte a este país en la nación más fumadora de América. En tanto que en la población de entre 13 y 15 años, el 35,1% tienen el hábito del tabaco.
Ante cifras tan poco saludables es primordial que esta medida se apruebe rápidamente para que de esa forma se pueda retrasar el consumo en los menores de edad. Claramente un cigarrillo más caro será mucho más difícil de conseguir por un joven que no percibe un sueldo. Es cierto que el valor del tabaco no hará que los adictos al cigarrillo lo dejen, pero es una herramienta válida para no conseguir más fumadores.
Es conveniente también que se analicen otras medidas tales como fiscalizar que no se fume dentro de vehículos, paraderos de buses ni parques donde hay niños o no fumadores. Otra buena acción sería que se dejaran de pasar imágenes en publicidad y televisión de personas fumando, basta mirar un rato un reality show para ver como la mayoría de los integrantes tiene este hábito.
Cabe destacar que cada año mueren más de 5 millones de personas en el mundo a causa del tabaquismo y, de seguir así su consumo, se proyecta que para el 2030 serían 10 millones de muertes. Otros informes señalan que los consumidores de tabacos aumentan 10 veces la posibilidad de desarrollar un infarto de miocardio. Así mismo es probable que mueran producto de un cáncer de pulmón, además pueden dañar gravemente otros órganos tales como vejiga, riñón, páncreas, estómago y el cerebro.
Julia Ortiz,
Subdirectora Escuela de Salud
AIEP
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