Es un hecho médico que si un trasplante se realiza a tiempo, las probabilidades de éxito son mayores,
principalmente porque el cuerpo no está tan dañado y aún tiene energías suficientes para soportar una cirugía de tamaña envergadura.En el caso de Marcela González es un ejemplo perfecto de que la espera es el mayor enemigo de los pacientes, pues cuando ocurren fallas hepáticas es normal que comiencen los edemas cerebrales o acumulaciones de líquido en los espacios intra o extracelulares del cerebro, causando daños cerebrales serios de no ser trasplantado el órgano a tiempo.
En 2011 hubo 113 donantes. Según estimaciones de la Corporación del Trasplantes, el máximo de donantes por mes fue de 13, realizándose 333 cirugías en el año. Para que detallaremos lo que respecta a donación de corneas, tejido y piel, pues ahí si que estamos mal, tanto en tiempos como en donates.
Para que se haga una idea de la cantidad de personas que pueden fallecer esperando un trasplante, primero debemos tomar solo aquellos que esperan un corazón, pulmón o hígado, pues los demás tienen la opción de la diálisis, por tanto de este universo, que serían unas 300 a 320 personas, un 35% moriría en la espera, lo que se traduce en 112 muertes.
Cifras como estas son las que deben calar en la población, ya que Chile aún no logra acortar los tiempos de espera. Es más, si tomando el caos de Marcela, hoy un paciente puede esperar por un hígado, aproximadamente 1 año; por un corazón, entre 6 a 18 meses; por un pulmón, entre 8 a 9 meses y por un riñón, de 6 meses a 5 años. Así es, 5 años de espera con un mínimo de 6 meses es excesivo y sumamente perjudicial.
En 2012 se han registrado 17 donantes para un total de 1.379 personas. 1.379 chilenos que luchan por sobrevivir dentro de un sistema precario. Por esto, urge fomentar la donación, educar a la población. Las autoridades deben redoblar esfuerzos en coordinar a los hospitales, procuradores y doctores para que no se repitan hechos como los ocurridos en Rancagua, donde una familia no pudo donar los órganos de su hijo.
Hay que llegar a aquellas zonas, como Atacama, donde no se han registrado donantes en más de dos años. Hay que educara nivel nacional, pues esto es lo único con que se elevarán los donantes, acortando así los tan temidos tiempos de espera. ¿Tarea nacional? Yo pienso que sí.
Marcela Zapata Morales, Jefa de Área de Salud AIEP
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