Se trata de mini escaladoras, trotadoras infantiles, bicicletas estáticas, entre otras máquinas, las que forman parte de un proyecto financiado por el Servicio de Salud O’Higgins a través de la Unidad de Bienestar, el que asignó recursos para comprar los implementos que contribuirán al fortalecimiento físico de los pequeños.
“Nuestro objetivo es que a través del juego los niños puedan interiorizar la importancia de la actividad física, además de motivarlos a mantener hábitos saludables comiendo cosas más sanas y equilibradas”, aseguró Fernanda Catalán, Educadora y encargada del Jardín Infantil.
La adquisición de estas máquinas tuvo un costo de 6 millones de pesos y gracias a este proyecto, además del jardín infantil del Hospital Regional Rancagua, también los establecimientos de Rengo, San Vicente, Peumo, Pichidegua, Chimbarongo, Santa Cruz, Litueche y San Fernando.
El proyecto fue presentado por el equipo de Parvularias que trabajan en los jardines de la región y fue aprobado por la comisión administrativa para su financiamiento.
María Adela Soto, jefa de la Unidad de Bienestar, asegura que cada año se destina un aporte económico a los jardines de los hospitales, pero este año se pidió que tuvieran en cuenta que los implementos solicitados tuvieran durabilidad y que influyeran en el desarrollo integral de los niños. “Consideramos que lo presentado por las tías cumplía con los requisitos, además promueve la actividad física y recreativa de los pequeños, tan importante para formar niños y niñas más activas, que rompan con la cadena de sedentarismo que, a veces, los adultos erróneamente fomentamos”, comentó.
La tía del jardín agrega el rol fundamental que juegan los padres en la promoción de estos hábitos saludables. “Nuestro esfuerzo se verá gratificado en la medida en que los apoderados apoyen esta dinámica en sus hogares y que complementen el trabajo que estamos realizando en el jardín”.
Compromiso que asumieron los padres, como es el caso de María Angélica Galaz, funcionaria del Hospital Regional quien deja al cuidado de las educadoras a su hijo de 8 años. “Estamos dispuestos a apoyar la alimentación saludable de nuestros hijos, motivándolos a que hagan ejercicios, porque muchos de ellos pasan horas encerrados sin mayores actividades. Teniendo estas máquinas, que por lo demás son perfectas por el tamaño, podrán realizar el programa de entrenamiento que prepararon las tías, el cual, como familia vamos a complementar en nuestra casa”, comentó.
En el caso del Jardín Infantil del Hospital de Santa Cruz, las mini máquinas permitirán que los 17 hijos de funcionarios puedan desarrollar distintas actividades físicas. Lo mismo ocurre en el establecimiento de San Fernando, en el que más de 100 niños podrán disfrutar de estos implementos deportivos.
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