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Sostienen que desde ahora la detección del VIH será obligatoria para las mujeres embarazadas. La voluntariedad, el consentimiento libre e informado serán cosa del pasado.

Esta decisión se basa, según el Ministro de Salud en la necesidad de erradicar la transmisión vertical del VIH, desconociendo los avances del país en este ámbito, dando un giro radical en la política pública que podría acarrear consecuencias insospechadas en la atención en salud. Según datos del propio Ministerio de Salud, en los últimos cinco años el número anual de nacimiento de niños con VIH es de 8 niños/as y no 100 como señalo el Ministro de salud. Tampoco señala que el número de nacimiento  de niños VIH+ (1.3%) incorporá a personas no  han sido diagnosticadas, por lo la efectividad de la estrategia de prevención de la transmisión  vertical es aún mayor.

Una política como la que emprenderá el Ministerio de Salud, muy lejos de aumentar la cobertura del test de Elisa en embarazadas, podría provocar un alejamiento de las mujeres, lo que aumentaría en problema es vez de disminuirlo.

Sin embargo el mayor atropello se da en lo que se refiere al derecho de las mujeres  a decidir sobre su propio cuerpo, estableciendo para ellas normas distintas que las que se aplican a los hombres (la nueva política nada dice de los padres de esos niños/as). Se aprovecha así mismo la situación de vulnerabilidad de una mujer embarazada entregándole solo a ella la responsabilidad frente al diagnóstico. Además esta situación, que bajo la premisa de que el bien mayor es el del nonato solo se aplica en el caso del VIH, obviando que hay situaciones de salud mucho más riesgosas donde no se aplicará la misma norma.

El Cambio Drástico en la Realidad de O’Higgins

Forjadores por la Vida, La principal organización de la sociedad civil que trabaja en la atención de personas de VIH/SIDA y  prevención social, denuncian que en la región de O’Higgins la realidad ha cambiado drásticamente en el último periodo “Ya no se cuenta con un trabajo intersectorial, no existen mesas técnicas, ni proyectos participativos” declara Santiago Flores, Presidente de la Organización, lo cual asume que no es prioridad de la Seremia Regional la prevención y la educación de las comunidades, siendo esta herramienta la principal fuente que permite disminuir las tasas de infección del virus.

Además Flores indica que el programa regional solamente funciona con el Médico y un Matrón, lo cual se hace insuficiente para la realidad local y que no considera una mirada integral de las personas afectadas, por lo que es necesario incluir su contexto sociocultural, lo cual está siendo suplido por la intervención voluntaria que realiza la Agrupación en dependencias del Hospital Regional Rancagua.