Con toda la tecnología y los juegos virtuales es difícil que los niños desarrollen su imaginación, algo que hacen principalmente cuando tienen un libro entre sus manos. Ya en el 2011, el Estudio de Comportamiento Lector impulsado por el Consejo de Cultura estimó que el 84% de los chilenos no entiende lo que lee.
A los padres les cuesta cada vez más formar el hábito y nos encontramos con niños que tienen bajas notas en el colegio porque no comprenden lo que están estudiando. Para evitar esto, Emma Finkelstein, Jefa Nacional de Educación de AIEP, nos enseña a incentivar la lectura en los más pequeños.
• Gran parte del desarrollo intelectual se forma entre el nacimiento y los 4 años, no es necesario que el niño sepa leer o hablar para acercarlo a los libros. Para educar un buen lector es necesario que sea un esfuerzo persistente, ideal es establecer un horario, para que al niño se le vuelva costumbre.
• Podemos empezar desde muy pequeños, leyéndoles cuentos en voz alta, además de estrechar lazos está demostrado que de esta forma ellos amplían su vocabulario y el escuchar los sonidos les permite expresarse mejor al hablar, además desarrollan la capacidad de escuchar y tomar atención, que son hábitos fundamentales al ingreso de su vida escolar.
• Los niños suelen imitar lo que ven en sus hogares, lo que hacen sus padres y hermanos, por este motivo es importante que vea que los miembros de su familia también leen, eso encenderá su curiosidad y querrá aprender para hacerlo el también y por sí sólo, lo que termina por entregarle un pequeño nivel de independencia.
• Para enseñarles a leer comience por mostrarle las letras y sus distintos sonidos. Cuando haya lo haya dominado haga combinaciones de algunas letras, de apoco llegará a leer palabras y oraciones completas. Recuerde mantener la paciencia y reforzar positivamente cada avance con cariño.
• Otra forma de incentivar el inicio de la lectura en niños pequeños, es que al salir con ellos identifiquen logos conocidos, tales como marcas de bebidas, nombres de supermercados, etc., y así reconocerá silabas y palabras que le serán útiles al inicio de la lectura formal.
• El niño podrá identificarse con situaciones y personajes, esto va formando su comportamiento y capacidad analítica, ¿Qué habría hecho yo en esa situación?
• Por último, cuando su hijo sea capaz de expresarse, comente con él lo que acaban de leer y hágale preguntas sencillas. Así ejercitará su memoria y la habilidad de formar opiniones y argumentos. El niño comprenderá que la lectura es un espacio de cariño, entretención y donde importa lo que él tenga que decir, desarrollando su autoestima.
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