En sus nuevos hogares:
Personas que ya recibieron sus viviendas luego del 27F evalúan cómo vivieron los sismos del fin de semana. Lo propio hizo gente de campamentos.
Rancagua, lunes 26 de marzo de 2012. Tranquilas y muy conformes con la calidad de sus nuevas viviendas. Así dicen sentirse las familias de las villas Don Mateo II y IV y Compañía Real I y II, ambas de Rancagua, tras el sismo que se percibió en la zona este domingo 25 de marzo y que alcanzó una intensidad de seis grados según la Onemi.
“Con el temblor de ayer no pasó nada en la casa, todo bien, es muy segura”, afirma, Pamela Ramos, quien, junto a sus hijos de 19 y 13 años, vive en una de las viviendas de la nueva Villa Don Mateo II entregadas recientemente. Explica que “adentro casi no se sentía, afuera sí”, al tiempo que recuerda con nostalgia que “en Cordillera teníamos miedo, porque los temblores se sentían fuerte. Estaba todo malo para arriba”.
El conjunto habitacional Don Mateo cuenta en total con cuatro etapas, dos de las cuales ya fueron entregadas a sus dueños. Incluyen departamentos y casas. Estas últimas cuentan con dos pisos y una superficie de 45,46 metros cuadrados construidos en un terreno de 86 metros cuadrados.
El sismo ocurrido a las 19:37 horas y cuyo epicentro fue la Región del Maule, también fue percibido por las familias de Villa Compañía Real I y II, pero de una forma distinta. Así lo describe Marcial Bustamante, quien reside junto a su señora, Isabel Guzmán, y un hijo en la nueva vivienda, una casa de dos pisos que cuenta con una superficie construida de 45,11 metros cuadrados.
“No hay comparación entre esta casa y los departamentos de Villa Cordillera. Después del terremoto quedó todo trizado. Allá todo mal, y acá todo bueno”, dice Marcial Bustamante, refiriéndose a cuando ocurría algún temblor.
El dueño de casa destaca además que la construcción “es excelente, lo mejor que puede existir”, mientras su señora añade que les cambio la vida desde que se mudaron al nuevo hogar el pasado 12 de febrero. “Estamos felices”, concluyen.
En campamentos la situación también es de tranquilidad
Temprano, el equipo de campamentos de Serviu tomó contacto con los dirigentes de los 12 campamentos donde están trabajando. En la comuna de San Fernando, Héctor Aránguiz del campamento Polonia y Miraflores contó que “mi gente esta súper preocupada con las réplicas. Incluso hicieron fogatas anoche, hubo un corte de luz, pero lo bueno es que no tenemos personas con daños físicos y nuestras viviendas están bien”.
En Rancagua en tanto, los dirigentes de la Aldea San Antonio comentaron que sintieron susto a causa del temblor, pero que no sucedió ningún acontecimiento que necesitara de atención. Los suministros básicos siguieron funcionando, todas las familias están tranquilas.
En la aldea de Rengo, y según la información entregada por los vecinos, no sucedió ningún hecho lamentable. Las familias de los condominios fueron a refugiarse con las familias de la aldea. En Mostazal, en tanto, las familias del campamento Nueva las Torres comentaron que estaban nerviosas, pero que tampoco había incidentes que reportar.
Las personas que trabajan en el equipo de campamentos de Serviu, también se contactaron con familias de campamentos de las comunas de Santa Cruz, Las Cabras, Machalí y también en los campamentos Ribera del Río y Trapiche Molino. Todos concluyeron que las réplicas trajeron —esta vez—, nada más que un gran susto.
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