Control oportuno de plagas es clave para elevar la producción y rentabilidad del negocio olivícola
Según especialistas de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, en olivo, los conocimientos sobre plagas y enfermedades se han visto exigidos en los últimos años, debido a que la introducción de nuevas variedades, al manejo más intensivo de las plantaciones y la incorporación de nuevas áreas de cultivo, han favorecido el desarrollo de plagas que anteriormente sólo eran de carácter secundario, ocasional o incluso inexistente. Situación aún más grave en huertos de manejo orgánico.
Sin embargo, con la adecuada preparación técnica y las herramientas de monitoreo y control existentes, éstas son abordables, según lo explicó ampliamente el Ingeniero Agrónomo y Entomólogo, académico de la Universidad de Chile, Tomislav Curkovic S., durante la realización del día de campo “Conchuela Negra del Olivo”, como parte de las actividades del Programa de Difusión Tecnológica –PDT- para incorporar mejoras tecnológicas en la producción de olivos de la Región de O’Higgins.
En la actividad, ejecutada por COPEVAL DESARROLLA y gracias al cofinanciamiento de INNOVA CHILE de CORFO, 26 productores olivícolas principalmente del Valle de Colchagua, conocieron diferentes procedimientos para mantener la población de Conchuela Negra del Olivo y de otras plagas nocivas para esta especie, por debajo del umbral de daño, tanto económico como ecológico.
Curkovic, enfatizó a los asistentes que el monitoreo es clave para definir la magnitud de la plaga en el cultivo, “por lo que reconocer a la conchuela en un estado susceptible –estado embrionario, eclosión-, es fundamental para la efectividad en la aplicación de plaguicidas y productos convencionales, especialmente aquellos de amplio espectro”.
El académico especificó además, que en particular, este tipo de plaga se ubica frecuentemente en la parte baja del árbol, prefiriendo zonas oscuras y húmedas. Por lo cual, el proceso adecuado de poda puede contribuir significativamente al manejo cultural de esta dañina especie, y así contrarrestar los daños que provoca en la planta – reducción de producción, aborto floral y defoliación, disminución en el calibre del fruto y finalmente en la producción de aceite-.
De esta manera, lo productores reconocieron que entre las claves del manejo de la conchuela, se deben considerar las técnicas de poda, para airear e iluminar la copa, y con ello, favorecer la mortalidad de la plaga – en estadio Ninfa I- por deshidratación, ya que en estadios mayores son más tolerantes. Además de un constante monitoreo, para definir oportunidad de aplicación de plaguicidas –aceites y/o detergentes-, y que también permitan la supervivencia de enemigos naturales, junto a aplicaciones de productos sistémicos vía riego.
Por su parte, Miguel Letelier G. Jefe Zonal de COPEVAL DESARROLLA y Director de este PDT, enfatizó que la presencia de diversas plagas y enfermedades representa un importante problema para la producción del olivo en nuestra región, “por lo cual es necesario aplicar procedimientos adecuados, tanto en términos de métodos de control como de costos, y que en lo posible no alteren el medio ambiente. Además de ser eficientes y permitir el incremento de los márgenes de utilidad de los productores”.
Al finalizar, los asistentes se trasladaron al sector cordillerano de Puente Negro, específicamente al predio de Juan Carlos Díaz G., conocido productor olivícola de San Fernando, para conocen in situ los resultados de la aplicación de diferentes técnicas y productos para disminuir la acción nociva generada por la Conchuela Negra del olivo.
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