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Aurora Bustamante, una de las beneficiadas con el subsidio Segunda Oportunidad de la Población Vicuña Mackenna
“Esta ayuda es especial para todos nosotros”
Aurora Bustamante
-El Ministro Pérez entregó 224 subsidios “Segunda Oportunidad” y encabezó la demolición de la nave piloto, dando inicio al Plan de Regeneración Urbana de la Población Vicuña Mackenna. Conozca la historia de la señora Aurora Bustamante, una de las beneficiadas con este subsidio, que lanzó en este mismo lugar el Presidente Sebastián Piñera.
“Este programa de Segunda Oportunidad fue creado especialmente por el Gobierno del Presidente Piñera para aquellas familias que creyeron cumplir con el sueño de la casa propia, y que hoy están atrapadas en condominios sociales de alta vulnerabilidad social, y que no cumplen con los estándares mínimos de una vida digna”, dijo el ministro de Vivienda y Urbanismo, Rodrigo Pérez, el pasado viernes 12 de julio en la Población Vicuña Mackenna.
En el lugar, el Titular del MINVU entregó 224 subsidios a familias del condominio social “Vicuña Mackenna”, en Rancagua, como parte del plan “Segunda Oportunidad” que lanzó en octubre pasado el Presidente Sebastián Piñera en el mismo conjunto. El Ministro también encabezó la demolición de 24 departamentos de este condominio social, proyecto que se enmarca dentro del Plan de Regeneración Urbana (PRU) del sector nororiente de esta comuna, donde residen 85 mil personas y en el que se invertirán más de 100 mil millones de pesos.
“Con el inicio de esta demolición estamos dando una señal potente de nuestro compromiso con mejorar las condiciones de vida de las familias que aquí viven, y que hoy pagan las consecuencias de políticas habitacionales del pasado que privilegiaron las cantidad de viviendas construidas por sobre su calidad”, dijo el secretario de Estado.
Una historia digna de conocerse
La señora Aurora Bustamante vivió 18 años en la Población Vicuña Mackenna. Llegó el año 1995 a habitar su departamento. Cuenta la señora. “Mi marido se enfermó de cáncer ese año, y ya habíamos postulado muchas veces a algún subsidio. Y apareció esta oportunidad de los departamentos. Vinimos a ver uno, y casi me morí al ver lo pequeñitos que eran. Pero con la situación de la enfermedad, y pagando arriendo en otros lados, no tuvimos más opción que quedarnos acá. Al final, el dividendo que pagaba era la tercera parte del arriendo. Entonces nos convenía”, explica Bustamante, cuyo núcleo familiar lo integran además sus hijos Leandro y Jocelyn.
La Vicuña Mackenna es una de las poblaciones más populosas de Rancagua. En ella conviven gente de esfuerzo y de trabajo. Pero también ha sufrido por años el estigma de ser uno de los lugares más vulnerables de la capital regional, debido al aumento de la delincuencia, el narcotráfico, la drogadicción y el hacinamiento.
Habla la señora Aurora. “Yo lo viví con mis hijos. Cuando son más pequeños, ellos jugaban en la plaza, con el resto de los niños. Pero cuando comienzan a crecer, una se da cuenta de que el ambiente no es muy sano para ellos. Y la población ha cambiado no solo físicamente. Cuando crecen los hijos, se quieren quedar un rato más afuera. Entonces te das cuenta que una vez que obscurece, comienzan a salir jóvenes que no hacen cosas muy santas en el lugar. Y estaban tus niños ahí. Además de los comentarios, en la noche escuchaste disparos, que allanaron un departamento, las sirenas, que los departamentos ya se echaron a perder, que se empiezan a filtrar el baño del piso de arriba a tu baño. En fin. Con esos problemas, se termina por acabar todo el amor que le tuviste a tu población cuando llegaste”, cuenta la vecina.
Pero esa visión empezó a cambiar para la señora Aurora, y para el resto de las 23 familias que integran la nave 1130 -1140. El 9 de octubre del año 2012, el Presidente Sebastián Piñera lanzó en la misma Vicuña Mackenna el Programa Piloto de Recuperación de Condominios Sociales, que intervendría mediante la reparación, ampliación o demolición, alrededor de 4 mil departamentos a nivel nacional.
En aquella ocasión, y en compañía del Ministro de Vivienda Rodrigo Pérez, el Mandatario recordó que “durante muchos años en nuestro país se privilegió la cantidad y se sacrificó la calidad de las viviendas; se construyeron muchos conjuntos habitacionales, conocidos como blocks, en que las viviendas eran muy pequeñas, no se podían ampliar, la calidad no era la que se necesitaba, no tenían buenos servicios, no tenían áreas de recreación ni de esparcimiento. Y nosotros queremos corregir y reparar esta deuda histórica y adecuar las viviendas que fueron construidas en la década de los ‘90, a la calidad de las viviendas que hoy día sentimos que es necesario para la dignidad de las familias de nuestro país”.
En ese sentido, explicó que “algunos de estos blocks van a tener que ser demolidos, porque simplemente no tienen reparación, y tendremos que buscar una segunda oportunidad para las personas que han vivido durante mucho tiempo en condiciones que no son dignas.
“Nunca fui dirigenta”, dice la señora Aurora. “Y de repente, un día, veía que se juntaba gente en la plaza, en el vagón, y me acerqué. Un día venía del supermercado, y una vecina —la señora que también es delegada del otro block—, me contactó, y me empezó a contar de este proyecto de la segunda oportunidad. Y ahí recién me vine a dar cuenta de que esto estaba pasando hace más de un mes, y yo no tenía idea. Entonces, me junté con los vecinos, hablé con ellos. Había un delegado acá antes, que pensé que se haría cargo. Pero todo el mundo se echó para atrás. Es que es mucho trabajo, que yo tenía tiempo. Y a mí el tiempo no me sobra que digamos. Con mi peluquería, con el ciber café que tengo. Pero como vi que nadie iba a tomar la batuta, le dije que bueno a esta vecina, y que nos pusiéramos de acuerdo para ver que podíamos hacer. Y empezó mi labor como delegada. Este programa me entusiasmó. Esta era mi oportunidad, y la de mis vecinos”.
Para Bustamante, “todas fueron coincidencias. Muchas veces mi marido y mis hijos me decían que nos fuéramos de acá. Vi cómo se presentaron las cosas, que me buscaran a mí, después de haber buscado a varias personas. Entonces me dije: yo sí puedo. Junté a los vecinos, y también decía: si yo creo, ellos también tienen que creer. Y yo les voy a hacer creer. Los vecinos estaban incrédulos en un principio, así que tuve que motivarlos. También la información que no era clara. Nos dijeron un millón de cosas. Pero yo sabía que el equipo de profesionales del SERVIU nos iban a explicar todo lo relacionado con el Programa. Así que adelanté trabajo: hice un listado con las dos naves, con los arrendatarios, con los propietarios, con los RUT, con los números de teléfono, bien ordenada, como soy yo. Así que el día que fui a consultarles a los funcionarios del SERVIU, me pidieron una lista, que yo llevaba terminada”.
Luego de muchas reuniones entre los vecinos con los profesionales de SERVIU LGB O’Higgins, y de haber hecho las postulaciones, el 26 de abril de este año se dieron los resultados en un desayuno reunión con todos los delegados de la población, actividad que fue encabezada por el director regional de la Institución, Raimundo Agliati.
Recuerda la señora Aurora. “Cuando supe la noticia de que me había ganado el subsidio, me puse feliz. Yo pensé que ya no iba a obtener nada. Y mis vecinos sabían que yo iba a participar de esa reunión desayuno. Les aclaré que nuestra postulación estaba, y de que no perdieran la fe. Por eso, esa misma noche de abril, se reunieron los vecinos afuera de mi departamento, y les di la noticia. Estaban todos muy contentos. Incluso teníamos preparado algunas cositas para celebrar. Les anuncié: vecinos, ya tenemos los subsidios, pero tenemos que irnos de acá. Algunas vecinas se pusieron tristes, pero sabíamos los doce integrantes del edificio, que nuestra amistad, unión y apoyo continuaría en alguna parte de la ciudad. Pasamos muchas cosas juntos, y esa noche los recuerdos afloraron. Fue muy bonito”.
Las proyecciones de Aurora y su familia son comprar una nueva vivienda. Para eso, cuentan ya con el subsidio de hasta 700 U.F., más un bono de traslado de 46 U.F. Habla Bustamante “Ahora vienen los acuerdos, y fijar los plazos de salida de los vecinos que integran las diferentes naves. A medida que se retiren los habitantes, se comenzará a demoler los edificios. La fecha de salida será similar para todo el block”. Mil 300 personas postularon en el primer llamado, de un total de mil 700 departamentos de la población. Más del 75% de los vecinos se quieren ir de la Vicuña Mackenna.
“Yo quería una casa con patio. Tengo tres perritas. Vimos algunas casas usadas. Pero mis hijos no quisieron. No por ellos, sino que por nosotros. Y mi marido me dijo: vieja, ¿por qué no comprar una casa nueva? Y optamos por eso. Nosotros no elegimos este departamento, nos quedamos con lo que nos dieron. Buscamos en alguna villa nueva que se estuviese construyendo, pero en una parte tranquila. Y vimos la Villa Los Naranjos. Cuando la visitamos, justo me encontré con uno de los doce vecinos de mi block, que me contó que siete de las mismas familias ya habían comprado casa allá. Yo quedé feliz, porque con mi hija en la Universidad —estudia Ingeniería Comercial en la Universidad de Talca— y mi hijo que es ingeniero informático, ya estamos. Mi marido se recuperó de su cáncer gracias a Dios, hemos cumplido bien como familia. Así que gracias al subsidio, compramos la casa, y ya la entregaron. Así que allá fundaremos la “Vicuña Chica”, dice entre risas.
Un caso de los muchos beneficiados con este programa, lanzado en esta misma población por el Presidente Piñera, y que le cambiará la vida a muchos de los habitantes de la Población Vicuña Mackenna.
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