Con más de 4 millones de usuarios de smartphones en Chile y con el aumento creciente de consumidores de redes sociales, plataformas como Facebook, Twitter, Youtube, Flickr y Linked In, entre otras, serán la principal fuente de propagación de amenazas cibernéticas en los próximos 4 años, desplazando al email.
Las redes sociales ya forman parte de la vida diaria de los chilenos, quienes se exponen cada día más a nuevas amenazas, que van desde virus que infectan los perfiles hasta el robo de claves que permiten posteriores actividades delictivas.
Según explica Ariel Díaz de la Rosa, Gerente Comercial de Proweb Latam, empresa que representa y distribuye a las principales marcas de seguridad, “las amenazas más peligrosas de las redes sociales radican en la infección de troyanos, spyware o keyloggers, los que permiten posteriormente a un malware tomar acciones como recopilar información del usuario, pudiendo llegar al robo de credenciales de los usuarios”.
Para el caso de Facebook las amenazas más comunes están dadas por sitios que anuncian noticias sensacionalistas y al dar “click” sobre dichos sitios, solicitan la autorización del usuario, pudiendo acceder a la cuenta e infectar al usuario.
Koobface fue uno de los virus más conocidos propagados por estas redes, el cual tenía la facilidad de traspasar los filtros de seguridad.
Otras formas de propagar virus en Twitter, es mediante links maliciosos que se descargan adjuntos a noticias de impacto, como la muerte de personajes famosos o también mediante páginas que anuncian la transmisión de eventos deportivos de alto impacto .
Para prevenir las infecciones, lo principal, dice Ariel Díaz de la Rosa, es intentar conocer el comportamiento que pueden desarrollar los malwares en las redes sociales, para no abrir links sospechosos, descargar aplicaciones desconocidas o videos que no tienen un origen claro.
Igualmente, es necesario contar con antivirus que mitigue el riesgo del uso de estas redes.
Además, es bueno contar dentro del navegador con un complemento como el NoScript, que bloquea la ejecución de los scripts que muchas veces permiten las descargas de los programas de código malicioso.
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