Empleo y logística aparecen problemas transversales para las áreas de desarrollo productivo regional.Devastadoras son las escenas que se aprecian en la Región de O’Higgins luego del terremoto que afectó a una parte importante del país el pasado sábado, y que en esta zona arremetió con fuerza a varias comunas, desatando el drama humano ya conocido.
Producto de esto, son varias las evaluaciones que se están desarrollando en los sectores productivos que resultaron con diversos problemas en sus áreas operativas.
Al respecto, la Agencia O’Higgins se encuentra recabando información de los empresarios adheridos a los clusters que funcionan al alero de este organismo, y que incorpora a los principales rubros involucrados con el desarrollo económico y social de la Región del Libertador.
En el caso de las ciruelas deshidratadas de las provincias de Colchagua y Cachapoal, pese a que los daños aún no están cuantificados, sí se prevén dificultades en la producción y exportación, considerando la caída de las frutas debido al movimiento telúrico, y de problemas que presentan algunos centros de secado.
La Agencia O’Higgins, informó que los apicultores de la Región, ligados a la Agricultura Familiar Campesina, resultaron con algunos colmenares en el suelo, perdiéndose una parte de la producción de miel, situación que además provocó el ataque de enjambres más fuertes a otras abejas debilitadas por el terremoto, algo que se vive cuando las colmenas se destruyen.
La industria del turismo sufrió daños en su patrimonio arquitectónico, principalmente aquellas iglesias que databan de principios del siglo pasado e incluso anteriores, y hoy sólo suman un cúmulo de piedras y tierra, siendo algunos de los ejemplos de aquello, la Parroquia Inmaculada Concepción de la Compañía y la cúpula de la Parroquia de Pelequén, atractivos turísticos e históricos de O’Higgins.
A esto se le suma el turismo rural, donde los pequeños emprendimientos de pequeños y medianos empresarios se vieron terminados.
Por su parte, en la industria vinífera del Valle de Colchagua, las instalaciones más modernas de las grandes viñas en general, resistieron sin mayores inconvenientes el movimiento telúrico del sábado, y aunque sí habrá pérdidas, las empresas viñateras colocarán sus esfuerzos en el proceso de vendimia para no tener mermas considerables en sus exportaciones.
Otra de las preocupaciones manifestadas por la Agencia, tiene que ver con los problemas relacionados al empleo temporal, con las consiguientes dificultades económicas para las familias que dependen de estas actividades.
La logística será otra área donde colocar recursos, tomando en cuenta la participación regional en las exportaciones, habilitando caminos y puentes para el traslado de los productos que son enviados al exterior.
En los próximos días, la Agencia O’Higgins espera contar con mayor información del daño sufrido por las empresas que se desempeñan en los ámbitos señalados, a fin de iniciar acciones tendientes a apoyar a los más afectados con el sismo.
Pie de foto:
El Valle de Colchagua fue una de las zonas más afectadas con el terremoto del pasado sábado.
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