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Parroquia de Santa Rosa de Lima de Pelequén será reinaugurado el 31 de julio

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El templo podrá recibir a los fieles que cada 30 de agosto celebran el evento religioso más importante de la Diócesis, gracias a la colaboración del Consejo Regional de la Cultura y las Artes, la ayuda de la comunidad y el aporte de privados, a través de la Ley de Donaciones Culturales.

Cada año, el 30 de agosto, día en que se conmemora a Santa Rosa de Lima, llegan hasta la Parroquia Santa Rosa de Lima de Pelequén, ubicado en la comuna de Malloa, cerca de 300 mil personas para pagar sus mandas. El párroco José Miguel Ortiz, señala que el peregrinar de los fieles se extiende por cerca de 15 días. Este año Santa Rosa de Lima se celebrará un martes, razón por la cual se estima que los fieles comenzarán a llegar el fin de semana anterior.

Si bien las consecuencias que el terremoto dejó en el templo fueron devastadoras, lo cierto es que en esta oportunidad los peregrinos se encontrarán con una Parroquia que sin haber perdido su esencia, está completamente reforzada y restaurada, asegurando que su infraestructura seguirá en pie por muchos años más, pese a los movimientos telúricos que suelen azotar sin clemencia el país.

Una situación que llena de alegría al padre José Miguel Ortiz, quien comenta que las valiosas imágenes del templo, en su mayoría ya fueron restauradas y ya se están instalando. La obra gruesa de la reconstrucción también está terminada, razón por la cual, su inauguración se realizará el próximo domingo 31 de julio, a las 11 horas.

Así lo anuncia el Director y Presidente del Consejo Regional de la Cultura y las Artes, Issa Kort Garriga, quien precisa que el costo total de las obras asciende a 333 millones 578 mil 685 pesos. La  entidad que representa aportó 100 millones de pesos para los trabajos de reconstrucción que se enmarcan dentro del proyecto denominado “Recuperación Parroquia Santa Rosa de Lima de Pelequén”, a través del Programa de Apoyo a la Reconstrucción del Patrimonio Material, creado por el Consejo con el objetivo de impulsar la reconstrucción del patrimonio cultural dañado e incentivar a los privados a participar en esta misión, generando una alianza público-privada.

El seremi de Cultura explica que para lograr reunir la suma total de dinero, la comunidad aportó con 69 millones de pesos y los casi 165 millones restantes se reunieron gracias a que el proyecto cuenta con el mecanismo de la Ley de Donaciones Culturales, que creó el Fondo Nacional de la Reconstrucción, y que establece incentivos tributarios a las donaciones efectuadas en caso de catástrofe.

“La recuperación de Santa Rosa de Pelequén es un proyecto emblemático a nivel nacional, ya que es uno de los santuarios populares más importantes del país, comparable quizás con la Fiesta de la Tirana o con la peregrinación de la Virgen de Lo Vásquez, por lo tanto, estamos haciendo una contribución muy importante, no sólo a la recuperación del edificio desde el punto de vista material”, señala Issa Kort.

Junto con señalar que este proyecto es uno de los diez proyectos más importantes del Programa de Apoyo a la Reconstrucción del Patrimonio Material, el seremi de Cultura recuerda que él asumió este cargo   “a casi un mes del terremoto y uno de los desafíos que me planteé en mi gestión fue recuperar el patrimonio en la Región. Nuestro patrimonio quedó dañado pero salvable, a diferencia de otras regiones. Entonces el objetivo fue recuperar el patrimonio en conjunto con el mundo privado; hacer que la comunidad se hiciera partícipe de la reconstrucción. Creemos que el terremoto no afecta sólo al Gobierno de turno, sino que afecta al país completo, por lo tanto es responsabilidad de todos recuperarlo y eso es lo que estamos logrando”.

Remodelación
El padre José Miguel Ortiz anuncia que “estamos instalando las 14 estaciones del Vía Crucis, con una iluminación directa a cada estación. Pueden estar todas las luces del templo apagadas, pero siempre se verá el recorrido de Jesús con la cruz”. Otra de las novedades que presentará el templo es un nuevo acceso por la parte sur.

La balaustrada que rodea al altar es de piedra de Pelequén y acaba de ser pulida por maestros de la zona. “La imagen de la Virgen del Carmen y la del Sagrado Corazón también están restauradas y una vez que se terminen de pintar serán instaladas en sus lugares originales, al igual que el sagrario, que estaba en un altar que también es de piedra de Pelequén que acabamos de arreglarlo”, precisa el párroco.

Un templo que renace de las cenizas
Uno de los cambios más notorios que estrenará el remozado templo, es la cruz que se instaló en el lugar de la cúpula de cobre. El padre explica que “la cúpula se transformó en cruz. El mismo material, las placas de cobre que regaló Codelco, se adaptaron para forrar la cruz que es grande y majestuosa. Está arriba de la torre que cada noche estará iluminada y podrá ser vista desde la carretera”. El párroco agrega que “es cierto que el volumen de la cúpula era más notorio porque era más grande, pero iluminada la cruz también se va a ver muy bien. Además es un signo netamente cristiano”.

El arquitecto a cargo de las obras, Eugenio Joannon Rivera, precisa que “en el diseño original nunca hubo una cúpula con esas características. Si bien es cierto que a la gente le gustó y se acostumbró al cobre como un referente y es importante mantenerlo, ahora pusimos el acento en la cruz”.

Respecto del diseño original de la Parroquia Joannon sabe bastante, ya que fue su abuelo, Éugene Joannon Crozier, quien la creó.  “Mi abuelo fue arquitecto e ingeniero y entre 1890 y 1930 construyó varias iglesias e hizo obras muy importantes en Chile. Para mí es bien significativo ayudar a levantar una obra hecha por él que además es un símbolo en la Región”.

El arquitecto recuerda que tras el terremoto de 1985 “el obispo Monseñor Jorge Medina consiguió que Codelco financiara la cúpula haciendo una analogía con esta región minera, por eso mantuvimos en la cruz el cobre”. Joannon espera que ahora “la gente comprenda que es un templo católico y que nace de las cenizas literalmente y vuelve a ser el hito que siempre fue”.

Tras el terremoto de 2010, el primer compromiso de las obras de restauración fue reponer el techo del templo en cuatro meses, para recibir a los peregrinos ese mismo año. Una vez finalizadas las faenas, comenzó el trabajo del ingeniero Guillermo Malatrassi, cuya empresa reforzó los muros y estructuras del templo, reconstituyó el coro que se había caído y construyó la nueva torre.

La torre actual es un poco más alta que la anterior, mide 30 metros y sobre ella está la cruz de cobre que alcanza casi los dos metros y medio. “La torre se construyó en base a un diseño que recuerda las proporciones que tenía la torre anterior; el ritmo ascendente y de recogimiento que va hacia lo alto”, dice Joannon.

La obra gruesa de esta estructura se trabajó en el suelo, dentro del mismo recinto, y luego se instaló con la ayuda de una grúa. Ahora faltan sólo algunas terminaciones, según informa Malatrassi.

Al respecto, agrega que en los trabajos se ha reutilizado la mayor cantidad de material original posible, para mantener la identidad del templo y no perder su esencia. Los muros están más firmes que antes, asegura el ingeniero, quien agrega que  “esta iglesia tiene más de  cien años y hoy el concepto de ingeniería es distinto y por lo tanto, las normas de seguridad son diferentes. Cada terremoto enseña lo que hay que hacer en el futuro y eso fue lo que se adoptó poner de pie nuevamente el templo”.

Iluminación
El arquitecto Eugenio Joannon explica que otro de los trabajos importantes fue “mejorar la atmosfera interior en cuanto a la luz. Este es un templo que antes del terremoto del ‘85 tenía bastante luz y después de su restauración, se alteró la iluminación porque bajaron el techo y eliminaron una corrida de vitrales que iluminaba desde una altura de 12 metros”.

Para potenciar la luminosidad “se hizo un tajo de luz en el centro del templo que son dos corridas de ventanas que también van a tener un borde de vitral para que la luz no entre tan blanca y tenga un grado de color, como era antes”, explica. Lo importante de la iluminación, que tiene como objetivo destacar los objetos valiosos del templo y crear una atmósfera especial que acompañe al recogimiento, cuenta con tecnología led, con el fin de no aumentar los gastos por el consumo de electricidad.






 

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