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El país de origen de noche de brujas o Halloween para la mayoría de las personas es Estados Unidos, por las múltiples películas, series o dibujos animados que se refieren a esa festividad, pero la cuna de esta tradición es en Europa, donde se debate en infinitos si fue en Roma, o en países como Rumania e Italia, donde la cultura Celta fue oriunda y así produjo las actividades terroríficas y misteriosas que hoy se conocen como Halloween.
Hace 10 años aproximadamente o menos, noche de brujas a tomado una fuerza insospechada para los chilenos, ya no es extraño ver a cientos de niños recorriendo las villas y poblaciones de nuestras ciudades, desde bebes en coches acompañado de los padres hasta la mascota del hogar con una capa, nadie queda indiferente de este día insertado en nuestro país por extranjeros.
Varias personas me han comentado que el día de Halloween es un acto consumista de los chilenos o que nuestra nación siempre anda copiando tradiciones internacionales porque no tenemos identidad propia etc., pero para mi esto va más allá de un simple disfraz o una compra de dulces.
La sonrisa y satisfacción de los niños al recibir caramelos, sin dejar de mencionar el nerviosismo de los primeros infantes que celebran esta fecha al pedir un dulce, o el esfuerzo de los padres al comprar o arrendar el disfraz.
Lo importante realmente de esta fecha son los instantes de bienestar y unión que se producen entre niños, padres y vecinos, lo trascendental de la vida son los sentimientos positivos, aunque cuesten un poco de dinero para la producción del disfraz o los comestibles a entregar, y si ese tipo de inversión cuesta felicidad porque no hacerla.
Dagoberto Diaz Rotten
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