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A través de ultrasonido, por medio de un equipo que se llama litotriptor, pacientes del Hospital de San Vicente están siendo intervenidos, para eliminar cálculos renales. Lo que tiene de positivo esta alternativa es que no es invasiva, es decir, no requiere que el paciente sea abierto y, por lo tanto, la intervención es ambulatoria. Se opera en la mañana y en la tarde ya puede estar en su casa.

Para el director del establecimiento, Jorge Montes Coronado, el uso de esta tecnología significa “un salto de calidad”. Explica que es la misma maquinaria la que permite ubicar con precisión el cálculo, y a través de un golpe de ultrasonido, este cálculo se disuelve, se rompe, para que después sea evacuado por las vías normales.

Para estas intervenciones el hospital debe disponer de pabellón, anestesista, urólogo, alguien del equipo pabellonero, el auxiliar de anestesia y el equipo litotriptor. “Este equipo viene con un operador, que es una persona especializada en manipular y manejar este equipo. Por lo tanto, la función del médico es hacer el seguimiento de todo el proceso y dar las indicaciones clínicas, pero quien mueve las palancas, es el operador que es especializado”, detalla.

Para disponer de esta tecnología se hizo una licitación pública, que ganó la empresa UMS, “la de mayor experiencia a nivel nacional. Esta empresa nos cobra un valor por cada litotripsia, y nosotros coordinamos y los llamamos cada vez que juntamos un número de pacientes”, cuenta el director.

Esta intervención quirúrgica tiene un valor de 260 mil pesos por paciente operado. Si el cálculo menor o igual a 1,5 centímetros, esto tiene una garantía, es decir, si a este paciente no se le disuelve el cálculo, entonces la reoperación va con cargo a la misma empresa. Pero cuando los pacientes tienen cálculos mayores de 1,5 centímetros, entonces, el costo de la reoperación, es de parte del hospital. El valor para los pacientes, va a depender de la previsión que tengan.

Otra ventaja que destaca Montes es que como se trata de una intervención quirúrgica ambulatoria, no requiere tener un gran periodo de recuperación, “entonces nos ahorramos el día cama, la alimentación, nos ahorramos el riesgo inherente a estar hospitalizado, de contraer una infección intrahospitalaria y además de eso liberamos camas, para otros enfermos”.

Hasta ahora se han operado cuatro personas, pero según se proyecta para el 2012, se podría llegar a entre 80 y cien pacientes. “Esto también abre la posibilidad de poder firmar convenios con especialistas, para que vengan a operar, privadamente, a San Vicente. Así es que esto también es una oportunidad de negocios, para generar ingresos propios para el establecimiento”, asegura.

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