“De esta forma damos respuesta a los requerimientos de este importante grupo de sanfernandinos que llevaba años pidiendo a gritos que se interviniera la calle El Quilo para mejorar su calidad de vida”, explicó el jefe comunal.
Los problemas que sufren diariamente los vecinos de la deteriorada calle El Quilo están próximos a llegar a su fin, luego que la noche del miércoles el alcalde de San Fernando, Luis Berwart Araya, se reuniera con un grupo de ellos para entregarles detalles sobre la pavimentación de dos tramos de dicha arteria que comenzará próximamente.
Acompañado de un equipo multidisciplinario de la Municipalidad, el jefe comunal explicó que “se intervendrán dos tramos de la calle El Quilo: entre Maipú y Quechereguas y entre Curalí y Yumbel”.
Luis Berwart puntualizó que el proyecto “se enmarca dentro del Programa de Conservación de Vías Urbanas de la Región de O’Higgins y que permitirá solucionar los graves problemas que enfrentan los vecinos del sector que veían como se deterioraban sus vehículos debido a los hoyos sufriendo cada invierno con las lluvias que prácticamente los dejan aislados”.
La máxima autoridad de la capital de Colchagua detalló que “de esta forma damos respuesta a los requerimientos de este importante grupo de sanfernandinos que llevaban años pidiendo a gritos que se interviniera la calle El Quilo para mejorar su calidad de vida”.
A renglón seguido, Luis Berwart precisó que “estos trabajos beneficiarán además a los habitantes del sector sur poniente de la comuna que se desplazan en colectivo y en sus vehículos a sus domicilios”.
La noticia fue muy bien recibida por la comunidad que estalló entre aplausos cuando el jefe comunal les comentó que “el proyecto, que ya está licitado, es por 304 millones de pesos y fue adjudicado a la empresa Sociedad Constructora las Araucarias Limitadas que tiene 140 días de plazo la empresa constructora para ejecutar”.
En la oportunidad la vecina María Isabel Contreras dio a conocer las penurias que enfrentan a diario los habitantes del sector, explicando que “aquí nadie puede transitar con tranquilidad y de noche no se puede dormir con las frenadas de los vehículos que caen a los hoyos, sin tomar en cuentan que cada invierno la calle se transforma en un barrial formando una verdadera laguna”.
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