En durazno conservero:Previos a iniciar una de las labores más importantes en el cultivo del duraznero, el raleo de frutos, 28 productores de la Provincia de Cachapoal, participaron en el Taller Interrelación entre la carga frutal y el tamaño del fruto, como parte de las actividades contempladas en el Programa de Transferencia Tecnológica -PDT- Optimización de la Gestión de Cosecha en Durazno para la Agroindustria.
En la actividad, que se realizó en Rancagua, los productores participantes de este PDT ejecutado por COPEVAL DESARROLLA y con el cofinanciamiento de INNOVA CHILE de CORFO, recibieron una serie de recomendaciones para mejorar el calibre de la fruta y la productividad de sus huertos.
Aquí el Ingeniero Agrónomo Mg Sc, Gabino Reginato M., académico de la Universidad de Chile y especialista en sistemas de producción de frutales de hoja caduca, a cargo del taller, indicó que el duraznero muchas veces carga más fruta que la necesaria para una adecuada producción comercial, por lo cual el raleo permite distribuir dicha carga dentro del árbol, incluso por cada ramilla.
Reginato, inicialmente comentó que el exceso de fructificación produce una serie de dificultades, las que normalmente se traducen en cuantiosas pérdidas económicas, por lo que es importante considerar que tales inconvenientes son posibles de eliminar o atenuar, en gran medida, a través del raleo.
Entre estas dificultades, Reginato se refirió al quiebre de ramas, al tamaño insuficiente de la fruta, al retraso en la coloración y maduración de la misma junto a una menor o nula producción en el año siguiente. Así mismo, a “la diminución en el crecimiento vegetativo del árbol, lo cual se genera como resultado de la competencia que la fruta ejerce sobre los brotes producto del alto requerimiento de fotoasimilados que tienen los frutos”.
En el taller, el especialista aseveró que “la mejor forma de determinar la intensidad con que se debe ralear, es conocer el volumen de producción que se desea obtener. Además, reconociendo el tamaño promedio de los frutos del cultivo y el porcentaje de fruta de descarte, podemos incluso, determinar el número de frutos que debieran quedar por planta”.
Agregó que la idea es remover el exceso de flores o frutos en estado inicial de desarrollo en árboles demasiados cargados, dejando un número suficiente para obtener un rendimiento aceptable, con fruta uniforme, de buen tamaño y calidad. Además, conseguir que la disminución en el número de frutos sea compensada con el aumento tanto en tamaño como en calidad.
El académico, explicó que es clave tener en cuenta las “diferencias considerables de productividad entre diferentes variedades, aún cuando sea la misma carga. Y que si se aumenta la carga el tamaño del fruto va en descenso. Además, en variedades tardías hay una mayor producción porque las hojas están mucho más tiempo activas en el árbol”.
El académico, dijo que el raleo debe hacerse incluso en temporadas con climas adversos -los que pueden disminuir el cuaje -, o en variedades con menor capacidad productiva, ya que sólo de esta manera se logrará obtener buena cosecha”.
Así mismo, indicó que un factor importante es “que la interceptación de radiación solar incide directamente en los niveles de producción del huerto, pero debemos saber diferenciar entre un huerto que dé bastante sombra y uno sea sombrío. La idea es que tengan una mayor cobertura o proyección de sombra, y que al interior del árbol exista una cantidad de luz suficiente para la realización de la fotosíntesis”.
Finalmente, Gabino Reginato indicó que hay ciertas épocas en que se pueden realizar los trabajos de raleo, y para obtener un buen resultado lo recomendable es ralear hasta no más allá del 5 de noviembre, ya que el cultivo se encuentra en pleno período de endurecimiento del carozo, y posterior a esta fecha, la disminución de la carga no presenta efectos sobre el calibre del fruto.
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