Quizás viendo el titulo puede llamar la atención que no este apoyando la opinión que esta de “moda” y que según la encuesta nacional de la juventud del año 2009 dice que el 88,5% de los jóvenes apoya el voto voluntario.
Recordando hace varios años, por ahí el 2004, se empezó a hablar sobre modernizar el sistema electoral siendo la idea mas insigne la de la inscripción automática y el voto voluntario, esto fue llevado como una de sus principales propuestas por parte de la izquierda (que se denomina progresista) y posteriormente de distintas candidaturas entre ellas la del actual presidente Sebastián Piñera, en consecuencia este planteamiento se fue consolidando en la ultima elección presidencial.
La inscripción automática es un planteamiento bastante razonable, a lo mejor los detalles que tiene para su implantación, como determinar el domicilio de la persona y así determinar donde vota, y otros elementos causan algún inconveniente, pero existen mecanismos para solucionar eso. Con respecto a lo del voto voluntario estoy absolutamente en desacuerdo primero por que es una opinión populista, que profundiza el facilismo, atenta contra nuestras obligaciones cívicas como ciudadanos y atenta contra la estabilidad democrática.
Si le exigimos al estado ciertas obligaciones en la solución de diversos problemas que afectan el bien común, así como tenemos derechos también tenemos obligaciones. Votar es un derecho que en muchos países conquistarlo significo miles de muertos, postergaciones a minorías por siglos, humillaciones aberrantes, pero a medida que se toma distancia del tiempo de la conquista de este derecho la épica asociada a ese momento comienza a diluirse, hasta que el derecho a voto en la rutina de una larga democracia, se aloja en la exaltación de la individualidad posmoderna, de una decisión mas entre tantas, donde comprar o no comprar algo, iré a trotar o no, llamar por teléfono al amigo enfermo o no llamar, en ir a la fiesta o no, votar o no votar, todo parece que se mezclara como parte de una misma lógica de decisiones soberanas del individuo.
Votar en democracia es un acto de transferencia de confianza, una de las decisiones más importantes del ciudadano. Pero si se plantea la obligatoriedad en el ejercicio tan esencial para una democracia como lo es el voto se percibe como una imposición intolerable, distinta a otras obligaciones que no se discuten cuando el estado promulga leyes que protegen al chileno de si mismo.
Como la obligación de usar el cinturón de seguridad ¿Por qué no se levanta un movimiento promoviendo la libertad de cada cual de correr el riesgo que se desee?, no hay rebelión por ejemplo contra la obligación de que los niños en edad escolar vayan al colegio ¿Y si los padres quieren educarlos ellos en su casa?, Ni hablar de los impuestos, las contribuciones, la obligatoriedad de contar con seguro de salud o acumular dinero en una AFP ¿no deberían ser materias dejadas a la autonomía del individuo?
Mirado desde otro punto de vista y demostrado con datos empíricos el voto voluntario profundizaría la desigualdad, a la larga el voto voluntario altera los incentivos de la política hacia la postergación de políticas publicas redistributivas; estás benefician a sectores pobres que “voluntariamente” no participan en las elecciones como votantes en una mayor proporción que quienes no votan y son de sectores mas pudientes, complementemos con cifras, por ejemplo analizando el 20,8% de jóvenes que están inscritos en los registro electorales, si los separamos por sectores socio económicos el 40,1% son ABC1 , el 26,1% C2, 18,1% C3, 14,6% D y el 13,0% es E. se demuestra que a mayor nivel de ingreso existe un mayor interés por participar en el sistema electoral y a un menor nivel de ingreso existe una menor importancia en participar, ósea el voto voluntario afectaría directamente a los mas desposeídos de nuestro país, por que con estos datos las candidaturas se enfocarían con propuestas para sectores con mayores ingresos.
El mejor ejemplo es la investigación que realizaron los chilenos Alejandro Corvalán y Paulo Cox la demostración mas clara es el ejemplo que plantean si bien en la comuna de la Pintana hay 8.000 jóvenes entre 18 19 años, solo 300 se registraron para votar. En contraste con el caso de la Condes donde también hay 8.000 jóvenes de esa misma edad y 4.000 se registraron para votar.
Esto se ratifica si hacemos la analogía con lo ocurrido en las ultimas elecciones, con las propuestas en beneficio a los jóvenes, aquí existió un escaso interés ya que los candidatos saben el escaso numero de jóvenes inscritos.
Por ultimo en un estudio en 70 países, se concluye que los países que tienen voto voluntario destinan 16% menos del gasto total del gobierno en políticas sociales con respecto a países que tienen el voto obligatorio.
En consecuencia el voto voluntario traería un mayor daño a nuestro sistema democrático que tanto a costado preservar, se prestaría quizás a las maniobras mas burdas propias de las “democracias” de fines del siglo XIX y principios del siglo XX como lo era el “acarreo” de votantes, correríamos el riesgo de tener presidentes de la republica en cierta medida deslegitimados, ya que al existir un descontento social coyuntural habría escasa participación de los votantes, podría ocurrir por ejemplo que salga elegido un presidente con tal solo la participación del 50% o menos del padrón potencial electoral eso dejaría expuesto al país a futuras explosiones sociales comprometiendo la estabilidad y la paz social. Esperemos el buen criterio de nuestras autoridades y ojala se tomen mas tiempo antes de lanzar frases bonitas, seamos responsables por el bien de nuestra amada patria.
Pablo Zúñiga Zamorano
Presidente la ONG Acción Juvenil Granerina
Graneros, julio 2010
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