Como todos los años, agosto son el mes en que las calles, televisión, radio, diarios y revistas se llenan de anuncios publicitarios que nos recuerda que se acerca el Día del Niño. Si bien es una bonita ocasión para regalonear a nuestros hijos, ahijados y pequeños del hogar, este bombardeo de publicidad nos envuelve en una vorágine de consumismo de la que es difícil escapar.